Cuando nos volvamos a encontrar
- Sara Fernández González
- 31 jul 2018
- 2 Min. de lectura
Cuando nos volvamos a encontrar,
ya no habrá tiempo para tristes despedidas.
No habrá un instante que no adore de tu vida,
no habrá una tarde que no te pase a buscar.
Cuando nos volvamos a encontrar.

Dicen que las despedidas duelen, pero la nuestra nos pilló tan de repente que ninguno la asimiló. Es más, siempre tuve la certeza de que no nos despedimos realmente, nunca llegamos a decirnos adiós.
Tampoco voy a empezar diciendo que nada más verte supe que eras el amor de mi vida. Sé que quedaría muy bonito, pero nuestra historia de amor ya no comenzaría de una forma real y humana. Pero diré que te quiero, y eso creo que es una buena introducción.
Sé que en algún momento nos vamos a volver a encontrar, y no sé si será fruto del destino, del hilo rojo o de la vida. Quizás volvamos a estar enamorados, quizás tengamos hijos, quizás pasen diez años o de lo que hablo esté sucediendo ahora mismo. No lo sé y me da un poco de miedo, porque lo que sí sé es que habrá un día en el que nos volvamos a encontrar. Sucederá y entonces, por una extraña razón, te veré y sentiré todo aquello que dejamos atrás aquella tarde de octubre. Todo aquello que vivimos y que nos quedó por vivir, que tú y yo sabemos que fue mucho.
Me asaltará el miedo a saber si tú sientes lo mismo al verme y si a lo largo de todos estos años te has acordado de mi tanto como yo de ti o si en algún momento te has sentido culpable por no pensar en mi, por creerme en el olvido.

Todo eso da igual, porque al fin y al cabo, cuando nos volvamos a encontrar, recordaremos que tuvimos el poder de parar el mundo. Recordaremos todo el cariño, el salvaje, el fuerte, el idílico de película. Nos abrazaremos y besaremos con la mirada, porque hacerlo real dolería más todavía.
Estoy segura de que se me pondrán los pelos de punta sin ni siquiera rozarme, pero esa mirada...¡Ay esa mirada! Temblaré nerviosa, presa del pánico por sentirme tan cerca y a la vez a tantos kilómetros de ti. Porque será un instante, y no sé si habrá tiempo para tristes despedidas o para volver a encontrarnos de una forma real, humana.

Al final, nada cambia el hecho de que seas el amor de mi vida. Por lo menos de esta, aunque ya me encargaré de encontrarte en las demás. Pero concédeme el privilegio de vivir al menos una contigo.
Siempre. Pase lo que pase. Sea donde sea. Todas las veces que nos volvamos a encontrar tendremos ese poder de volver a estar bien.
Comentarios