Todo se basa en el querer

Si tú quisieras te daría los buenos días, aun habiéndote dado las buenas noches el día anterior.

Si tú quisieras te llevaría el desayuno a la cama, llenándote la habitación de luz, besos y sonrisas.

Si tú quisieras, te llevaría a lugares mágicos, esos que solo existen para gente como tú.

Si tú quisieras, te daría mis mejores abrazos en los días grises, te prepararía tu comida favorita y vería contigo rodar balones.

Si tú quisieras, sería tu terapeuta personal. Fácil, económico y reconfortante.

Si tú quisieras, te ayudaría a tapar los baches del camino y espantaría a los monstruos que te aterran.

Si tú quisieras, te prepararía zumo de naranja los días de resfriado, a cambio de que me mimes en los días rojos.

Si tú quisieras, compartiríamos noches de sábado de desenfreno y domingos de cama.

Si tú quisieras, amarías a la mujer de siempre, esa que intenta tenerlo todo bajo control y alcanzar la perfección.

Si tú quisieras, no me opondría a que conozcas esa parte de mí que nunca le muestro a nadie.

Si tú quisieras, haría deporte contigo, aunque ello desemboque en días de ibuprofeno.

Si tú quisieras, superaríamos tempestades juntos, porque los problemas son más amenos si se comparten.

Si tú quisieras, no nos importaría lo que opine la gente de nosotros.

Si tú quisieras, nuestro amor sería la mayor recompensa que podemos obtener en esta vida.

Si tú quisieras, arriesgarte comenzaríamos a construir nuestra historia en este mundo de idiotas.

Si tú quisieras, volverías a mirarme con esos ojos y yo, seguramente, volvería de nuevo a enamorarme.

Si tú quisieras, yo no tendría que fingir que te he perdido, que me muero de ganas de verte, que intento olvidarte y que mi futuro ya no se basa en el pasado.

Si tú quisieras, inventaría palabras para decirte lo mucho que te quiero y lo mucho más que te echo de menos.

Porque si tú quisieras, incondicionalmente yo querría.